013 – Gracias …por la Eucaristía

GRACIAS porque al fin del día podemos agradecerte, Señor Jesús, el pan de la eucaristía. Un pan que tú mismo has definido con inequívoca claridad, con insistencia cargante….; perdón, Señor, pero es así como suenan tus palabras: “Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El pan que yo daré es mi carne. Si no coméis la carne del hijo del hombre y no bebéis su sangre, repetías, no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna.” Insististe una vez y otra vez para que nadie dude de que eso es así, por más que te tacharan de loco y aventado y te dejaran solo con el pequeño grupo de amigos asustados. Gracias, Señor Jesús, porque en la cena pascual del jueves hiciste realidad aquel anuncio: tomaste el pan y dijiste: tomad y comed todos de él, esto es mi cuerpo. Y en la copa de vino: Tomad y bebed, ésta es mi sangre. Repetidlo vosotros en mi nombre; cada vez que lo hagáis se hará el prodigio: tendréis sobre la mesa mi cuerpo, en comida y bebida, que os dará la salud, la vida, la energía para vencer el mal, para fortalecer la fe, para que compartáis con los pobres, por el amor de Dios, vuestros bienes y sus angustias.

Este pan y este vino inagotables en los que estás encarnado están aquí, al alcance de la mano y de la fe. Al darte gracias, Señor, por tan grande humildad y tan amoroso invento, yo te pido perdón por el desprecio, por la indiferencia con que frecuentemente esquivo la mesa en la que estás en figura de pan eucaristía. Te alabo y te agradezco, Cristo Jesús, el pan de tu carne resucitada y resucitadora. Amén, amén.

 class=