Miniaturas 004

Jamás tuvo rencor.
Ni por la ignominiosa muerte
que con cruel ignorancia le infligieron.
Se pasó su joven vida
desparramando bondad y mansedumbre
para que se no se rasgara más la piel de sus amigos,
ni sangrara el rostro de los niños
por la zarpa del escándalo adulto.

Pasó haciendo el bien —reza su tumba iluminada—.
Tuvo en su corazón un nido gigante de palomas:
A nadie condenó. Comprendió la flaqueza
у perdonó el pecado.

Fue un ser irrepetible Jesús de Nazaret.
Pero se nos propuso a todos como espejo.

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