Miniaturas 007

Va por la ciudad y por el pueblo
con el mismo respeto y señorío
que cuando está en su casa.

No atropella con gestos ni agrede con palabras.
No empuja, cede el paso, se excusa civilizadamente
e informa de buen grado al que busca una calle.

Entiende que los hombres son todos familiares,
compañeros de vida y aventura.
Piensa que hay demasiado problema inevitable
como para enturbiar la marcha cotidiana de sus conciudadanos.
Pocas cosas —se dice— merecen tanto respeto
como cuidar con gusto la convivencia humana.

 class=