No hizo daño en su vida deliberadamente
a nadie, a nadie, a nadie…
Ni en su propio provecho tramó jamás el daño
o lo aceptó como una consecuencia.
No quiso progresar a costa de los otros
o llagando la vida de cualquier otra persona.
Se juró rectitud у fue siempre su norma.
Se empeñó en ser honesto
y vive cada hora con ese compromiso.
Antes de dar un paso se palpa la conciencia
y ajusta su conducta a esa voz incallable.
Los «otros»
son más que un plural impreciso у fugitivo.
Son parte de si mismo
y como a tal los trata.