Como el empedrado de un viejo portal,
la vida está construida
de pequeñas piezas, de minúsculos cantos,
de sencillas virtudes para la convivencia.
Saludar, dar la mano,
ceder el paso о el asiento,
prestar el periódico al vecino,
informar al transeúnte,
cumplimentar un impreso,
atender una visita…
Son gestos solidarios
que hacen amable la vida en comunidad.
En las cosas sencillas nos identificamos.