El 13 de febrero se celebra el Día Mundial de la Radio. Con este motivo, el portal digital de Ecclesia recordaba al Padre Gago.
Te presentamos el artículo completo, o si lo prefieres, puedes acceder a la publicación original en Ecclesia.
Escucha el audio aquí:
En el Día Mundial de la Radio recordamos a José Luis Gago, dominico y periodista que fue personaje clave en el asentamiento de COPE como medio de referencia en la sociedad
Por JOSÉ MELERO CAMPOS Tiempo de lectura: 4’ 13 feb. 2023 6:00 Actualizado 11:20
Para COPE el Día Mundial de la Radio es una jornada especial, donde tampoco puede faltar el recuerdo a una de las figuras que hicieron de esta casa un medio de referencia en la sociedad: hablamos del Padre José Luis Gago. Fraile, dominico, periodista y amigo de tantos compañeros de esta casa, a los que dejó huérfanos un 23 de diciembre de 2012, cuando fallecía tras una larga enfermedad.
El Padre Gago, como así le conocían, está hoy en proceso de beatificación. Algo que no sorprende ya que, como dijo Carlos Herrera, “si alguna vez hubiera necesitado describir la bondad de Dios, el mejor ejemplo habría sido su palabra”.
Nacido en Palencia en 1934, con solo diez años compartió con sus padres su vocación de ser dominico. Prácticamente, dicho y hecho, porque comenzó a formarse en el Monasterio de Coria, en Asturias. Más tarde fue a Cantabria, donde se pudo ver su espíritu de comunicación y de emprendedor, creando una academia de radio para estudiantes.
«La COPE la hemos hecho entre todos, vosotros, ellos, entre todos»
Su vocación era la de servidor de Dios, y su don la comunicación. En los setenta, cuando Radio Popular eran un conjunto de emisoras dirigida por las diócesis, fue uno de los que contribuyó decisivamente en tejer una COPE en cadena. Logró revolucionar la programación, adaptándola al tejido social, primero como director general de COPE y posteriormente como responsable de su programación religiosa.
Pero siempre trató restarse méritos, consecuencia de su extrema humildad. Prueba de ello fue cuando el 31 de marzo de 2000 recibió la Medalla ‘Pro Ecclesia et Pontifice’ concedida por el Vaticano a petición de la Conferencia Episcopal Española, donde revindicó el papel de tantas personas que construyeron COPE.
“En los momentos actuales en los que COPE es una realidad poderosa, una gran entidad, una gran vitola, una gran presencia y potencia social, podemos pensar que esto se ha hecho de una manera fragmentaria. Yo quiero ahora recuperar el recuerdo de tantos hombres y mujeres que con la COPE débil y pobre, con la COPE anónima, supieron mantener el tipo y soportar dificultades. Gracias a aquellos esto es lo que es. Quiero insistir en esto porque quienes los que estáis desde los años 80 y 90 podéis perder esa perspectiva creyendo que la COPE la habéis inventado vosotros. La COPE la hemos hecho entre todos, vosotros, ellos, entre todos. Esta COPE es la que tiene que seguir prestando ese servicio difícil de equilibrio inestable a la sociedad y a la Iglesia”, manifestó.
El Padre Gago, seductor de las estrellas de la radio del momento
Pero aunque le costase reconocerlo, al Padre Gago se le atribuye haber seducido a las principales estrellas de la radio de los años setenta y primeros ochenta, lográndolos atraer al proyecto COPE. Las figuras de Luis del Olmo o Encarna Sánchez se antojaban piezas clave para que la emisora compitiera en el mercado radiofónico, como así fue.
“Luis del Olmo era el ‘number one’ como dicen ahora los chavales, pero había que complementar y pensamos en un trípode: Luis del Olmo por la mañana, Alejo García en ‘Popular Popular’ que era una copia del ‘Directo Directo’ de RNE y Encarna de Noche con Encarna Sánchez”, recordaba en una entrevista.
Un evangelizador a través de las ondas
Como religioso, trataba de evangelizar a través de las ondas. Inolvidable para muchos compañeros de COPE fue el minuto de silencio al que se sumó COPE en febrero de 1992 contra el terrorismo y en solidaridad con las víctimas. Eran años de atentados casi diarios por parte de la banda terrorista ETA.
“Señor haz de mi un instrumento de tu paz; donde hay odio que yo lleve amor; donde hay ofensa lleve yo perdón; donde hay discordia que yo lleve unión; donde hay desesperación lleve yo esperanza; donde hay tristeza que yo lleve alegría; donde están las tinieblas que yo lleve la luz”, proclamaba el dominico.
Un hombre que fue visionario también. No en vano José Luis Gago fue el primero en retransmitir los encierros de los Sanfermines, como confesó a María Teresa Campos, por entonces presentadora de ‘La Tarde’ de COPE, en la entrevista que el fraile concedió con motivo de su jubilación. Corría el año 2000.
“Pues mira te puedo decir que los encierros de Pamplona fue la primera emisora en retransmitirlos. Comentarista no porque las corrida de toros ya se retransmitían cuando yo llegué, pero los encierros empezamos a hacerlo cuando llegué yo porque los toros pasan por el convento de los Dominicos que es donde estaba instalada la emisora”.
Siempre al frente de los grandes acontecimientos de la Iglesia
Y como buen amante del periodismo, estuvo al frente de los programas especiales de COPE siempre que había un acontecimiento relevante del ámbito eclesial, como las visitas del Papa a España. Con estas palabras comenzó la retransmisión con motivo de la llegada de Juan Pablo II a Santiago de Compostela el 19 de agosto de 1989 para participar en la JMJ.
“A esta hora el aeropuerto romano de ‘Leonardo Da Vici’ ve levantar el vuelo del avión que traslada a Juan Pablo II hasta Santiago de Compostela. A partir de este momento él es el protagonista espiritual de estas jornadas. Sus palabras y sus gestos trascenderán los ámbitos geográficos donde se sucede. En estas semanas previas la ciudad del apóstol ha sido centro activo de foros, catequesis, encuentros… todo ello para preparar el espíritu de los jóvenes al encuentro con Cristo, camino verdad y vida, que en última instancia este es el mensaje esencial que Juan Pablo II trae como afirmación renovada para la juventud de hoy”, expresaba con su potente voz que atravesó tantos corazones.
«Yo llamo a la COPE mi pequeña parroquia»
Pero de lo que más se sentía satisfecho, confesaba a los suyos, era mantener la cercanía con sus compañeros, ser su confidente o administrar los sacramentos de iniciación tanto a los trabajadores de COPE como a sus hijos: “Eso de bautizar, casar y confesar es lo que más aprecio de mi papel en la COPE. Yo llamo a la COPE mi pequeña parroquia, y eso es lo único de lo que podré sentirme feliz”, aseveraba.