El Padre Gago agradeció al Señor los años felices y los años más sombríos de su vida, en los que recorrió el Vía Crucis de la enfermedad que tan duramente padeció. Vivió con la profunda convicción de que el Triduum Sacrum (Triduo Pascual) culmina con la Resurrección.
Así, nos dejaría escrito:
«Siento una fuerza interior que me impulsa a darte gracias por haberme tratado de tal manera que aquella vida anterior, normal, en fuerza y salud tuvo su razón y su sentido y ésta de la enfermedad también lo tiene y está abierta a la única verdad.
Finalmente te das cuenta de que la cruz y la muerte son tu camino, tu puerta, tu cruz y tu muerte, tanto más ciertos cuanto más transfigurados en la resurrección que todo lo ilumina.
¿Cómo no darte gracias, Señor Dios de la gloria, si has metido mi insignificante historia en la historia de tu hijo Jesús? Gloria y honor a ti, Señor. Amén.»
(De su libro “Gracias, la última palabra”)