
Son muchas las personas a las que el nombre del Padre Gago les evoca, antes que ninguna otra, la palabra “sonrisa”.
«Cuando alguien me habla del Padre Gago mi reacción automática es la sonrisa, la alegría. Y es que la sonrisa era una de sus características. Siempre amable, siempre cercano, siempre sonriente, destilando bondad.» (Patricia Rosety)
«El Padre Gago solo tenía una cosa en sus labios: Una eterna sonrisa.» (Fr. Aurelio Naranjo, O.P)
«De inmediato quedé cautivado por su sonrisa franca, reflejo de un mundo interior espiritualmente rico.» (Carlos Malillos).
«Encontrarte con el Padre Gago por los pasillos era encontrarte con una sonrisa, con luz. Ese es el recuerdo que me viene.» (Laura Martínez)
Sin saber que hablaba de sí mismo, el Padre Gago escribió:
«La sonrisa es la firma del alma bondadosa.»
(Miniaturas 209)