Fr. Aurelio conoció de cerca al P. Gago en su carrera dentro de la Orden Dominicana: «El P. José Luis Gago solo tenía una cosa en sus labios: Una eterna sonrisa. Siempre estaba alegre. Siempre acogedor. Siempre caritativo.»
Fr. Aurelio conoció de cerca al P. Gago en su carrera dentro de la Orden Dominicana: «El P. José Luis Gago solo tenía una cosa en sus labios: Una eterna sonrisa. Siempre estaba alegre. Siempre acogedor. Siempre caritativo.»