Una y cien veces claudicamos
de nuestros planes y promesas de bondad.
Has llegado a pensar que eres incorregible.
Te gustaría, sin embargo, ser mejor.
Recto en tus intenciones,
puro en tus pensamientos,
justo, veraz y generoso.
Comprensivo y jovial.
Inténtalo de nuevo, hora a hora.
Si Jesús nos ha dicho:«Sed perfectos»,
es porque es posible con su Gracia.
¡Puedes!. ¡Eres capaz!