Si controlas tu peso,
la tensión arterial,
la glucosa y el colesterol
¿no será de igual modo necesario
examinar los motivos de nuestro proceder,
ajustar nuestros actos a la conciencia?
Cuidamos la salud
mas descuidamos
esa vida interior y radical
del alma y sus potencias.
Nuestra vida moral, el bien, la rectitud
requieren un cuidado atento y exquisito
si quieres, en verdad, ser íntegro y honesto.