Nuevas Miniaturas 044

Nada debe turbar la paz y la armonía
del amor entre esposos,
de la amistad fraternal,
de la concordia familiar.

Ninguna humillación, ningún reproche
debe romper – ni relajar siquiera –
los lazos apretados que ha trenzado el amor.
Pues el amor, el amor justamente,
todo lo disculpa, lo perdona todo.

Nunca habrá una razón tan poderosa
que destruya las buenas relaciones
entre quienes comparten
sangre, raíces y apellido común.

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