Hemos consumido ya todas las palabras
de queja y de lamento por el mundo presente.
Estamos asustados
del mal que nos invade, del odio que nos cerca.
Pero, en verdad ¿qué hacemos cada uno
por apoyar el bien у рог dar soluciones
que están en nuestras manos,
que están a nuestro alcance?
Si en vez de lamentamos con el llanto impotente,
mejoráramos algo el entorno en que vivimos
el mundo —el tuyo, el mío— sería más risueño
у habitable. Haz algo: ayuda, apoya, colabora.
