Cada 8 de agosto se celebra la festividad de Santo Domingo de Guzmán, fundador de los Padres Dominicos.
Fray Juan de la Cruz O.P. (1567) en su “Crónica de la Orden de Predicadores” nos habla así de la vida ejemplar de Santo Domingo destacando su sencillez y humildad de corazón:
«Pacientísimo en las adversidades, no solamente en las que le venían por la malicia de los hombres, mas en algunas tribulaciones que le enviaba el Señor para que más se perfeccionase […] Nunca alguno le vio airado ni mudado su alegre semblante, sino quando se movía a compasión de alguna miseria […]
De día siempre andaba alegre y con cara (como dicen) de Pascua y de graciosa conversación, así con sus frailes, como con seglares y grandes señores: pero nunca con unos ni con otros hablaba palabras ociosas, más siempre de edificación».
Quienes convivieron con el Padre Gago atestiguan que este mismo texto define la manera como el Padre Gago pasó junto a los suyos, y cómo ochocientos años después de Santo Domingo vivió su vocación siguiendo los pasos de su fundador.
Santo Domingo, Padre Gago, que vuestras vida ejemplares iluminen a muchas personas en su caminar por la vida.